ALREDEDORES DE CUSCO
Las cuatro ruinas más
cercanas a Cusco son las de Sacsayhuaman, Q’enqo, Pukapukara y
Tambomachay. Todas pueden visitarse en un día o menos tiempo si se hace un
circuito guiado acelerado. Si solo se tiene para visitar un sitio, Sacsayhuaman
es el más destacado. Está a una caminata a menos de 2 km colina arriba desde la
Plaza de Armas, en el centro del Cusco.
La forma más baratas de visitar los lugares de interés es
tomando un autobús a Pisac y pedirle al
conductor que pare en Tambomachay, el sitio más alejado del Cusco y también el
más elevado, con 3700m de altitud. Hay un paseo de 8 km de vuelta a Cusco, en
el que se visitan todos los puntos de interés del camino. Otra opción es
visitar los cuatro sitios en taxi, a los yacimientos solo se accede con el
boleto turístico. Abren a diario desde las 7.00 a 18.00 abundan los guías
locales que ofrecen sus servicios, a veces con mucha insistencia. Hay que
acordar un precio antes de empezar el circuito.
SACSAYHUAMAN
Esta inmensa ruina de importancia religiosa y militar es las
más impresionantes de los alrededores de Cusco. su nombre significa en quechua
“ halcón satisfecho”. Sacsayhuaman parece enorme, pero lo que hoy se ve no es
más que cerca de un 20 % de su estructura original. Poco después de la
conquista, los españoles derribaron más muros y usaron su bloques de piedras
para construir sus casas Cusqueñas. Sin embargo dejaron las rocas más grandes e
impresionantes, en especial las que conforman las almenas importantes. En 153
esta fortaleza fue el escenario una de las batallas más amargas de la conquista
española. Más de dos años después de que
Francisco Pizarro entrara en Cusco, el rebelde Manco Inca reconquisto la
indefensa Sacsayhuaman y la utilizo como base para sitiar a los conquistadores
en Cusco. Estuvo a punto de derrotar a los españoles cuando un último y
desesperado ataque de 50 soldados de la caballería hispana al mando de Juan
Pizarro, hermano de Francisco, lograron retomar Sacsayhuaman y someter la
rebelión. Manco Inca sobrevivió y se retiró a la fortaleza de Ollantaytambo,
pero la mayoría de sus hombres murieron. Tras la derrota Inca, miles de
cadáveres cubrían el suelo y atrajeron a grandes bandadas de carroñeros
cóndores andinos. La tragedia fue inmortalizada en el escudo de armas de Cusco
con ocho cóndores
El yacimiento se compone de tres áreas bien diferenciables. La más imponente forma
las magníficas fortificaciones de tres plantas. Por increíble que parezca, una
piedra pesa más de 300 t. fue el noveno Inca, Pachacuteq, quien imagino cusco
en forma de puma, con Sacsayhuaman por su cabeza y 22 serpenteantes muros por
dientes. Los muros también constituían también un mecanismo defensivo muy
eficaz que obligaba a los enemigos a exponer a sus flancos al atacar.
Enfrente esta la colina de rodadero, con muros de
contención, rocas pulidas y un conjunto de bancos de piedra de exquisita talla
conocido como el trono del Inca. En su día se alzaron tres torres frente a
estos muros. Hoy solo quedan los cimientos, pero el más grande, con un diámetro
de 22 m el Muyuc Marca, da una idea de cómo debieron ser. Con sus perfectos
conductos de piedra, esta torre se usó quizá como depósito de agua dentro de
las murallas sirvieron de refugios y almacenes de víveres para unos 5000
soldados. Los españoles y los posteriores habitantes de Cusco derribaron casi
todas estas estructuras.
Entre las zigzagueantes murallas y la colina hay una gran
plaza de armas donde se celebra el colorido espectáculo turístico de Inti Raymi
todos los años el 24 de junio.
Ascender hasta aquí a pie desde la plaza de armas lleva un aproximado
de 30 a 50 min, de modo que hay que asegurarse de que se está aclimatado antes
de emprender la marcha. Si se llega al alba se tendrá prácticamente para uno
solo, aunque no se recomienda visitar este lugar a solas a esa hora de día.
Como alternativa,
óptese como circuito en taxi que incluya Q’enqo, Pukapukara y Tambomachay.