sábado, 9 de mayo de 2015

CUSCO IMPERIAL

ALREDEDORES DE CUSCO

Las cuatro ruinas más  cercanas a Cusco son las de Sacsayhuaman, Q’enqo, Pukapukara y Tambomachay. Todas pueden visitarse en un día o menos tiempo si se hace un circuito guiado acelerado. Si solo se tiene para visitar un sitio, Sacsayhuaman es el más destacado. Está a una caminata a menos de 2 km colina arriba desde la Plaza de Armas, en el centro del Cusco.
La forma más baratas de visitar los lugares de interés es tomando un autobús a Pisac  y pedirle al conductor que pare en Tambomachay, el sitio más alejado del Cusco y también el más elevado, con 3700m de altitud. Hay un paseo de 8 km de vuelta a Cusco, en el que se visitan todos los puntos de interés del camino. Otra opción es visitar los cuatro sitios en taxi, a los yacimientos solo se accede con el boleto turístico. Abren a diario desde las 7.00 a 18.00 abundan los guías locales que ofrecen sus servicios, a veces con mucha insistencia. Hay que acordar un precio antes de empezar el circuito.

SACSAYHUAMAN

Esta inmensa ruina de importancia religiosa y militar es las más impresionantes de los alrededores de Cusco. su nombre significa en quechua “ halcón satisfecho”. Sacsayhuaman parece enorme, pero lo que hoy se ve no es más que cerca de un 20 % de su estructura original. Poco después de la conquista, los españoles derribaron más muros y usaron su bloques de piedras para construir sus casas Cusqueñas. Sin embargo dejaron las rocas más grandes e impresionantes, en especial las que conforman las almenas importantes. En 153 esta fortaleza fue el escenario una de las batallas más amargas de la conquista española.  Más de dos años después de que Francisco Pizarro entrara en Cusco, el rebelde Manco Inca reconquisto la indefensa Sacsayhuaman y la utilizo como base para sitiar a los conquistadores en Cusco. Estuvo a punto de derrotar a los españoles cuando un último y desesperado ataque de 50 soldados de la caballería hispana al mando de Juan Pizarro, hermano de Francisco, lograron retomar Sacsayhuaman y someter la rebelión. Manco Inca sobrevivió y se retiró a la fortaleza de Ollantaytambo, pero la mayoría de sus hombres murieron. Tras la derrota Inca, miles de cadáveres cubrían el suelo y atrajeron a grandes bandadas de carroñeros cóndores andinos. La tragedia fue inmortalizada en el escudo de armas de Cusco con ocho cóndores
El yacimiento se compone de tres áreas  bien diferenciables. La más imponente forma las magníficas fortificaciones de tres plantas. Por increíble que parezca, una piedra pesa más de 300 t. fue el noveno Inca, Pachacuteq, quien imagino cusco en forma de puma, con Sacsayhuaman por su cabeza y 22 serpenteantes muros por dientes. Los muros también constituían también un mecanismo defensivo muy eficaz que obligaba a los enemigos a exponer a sus flancos al atacar.

Enfrente esta la colina de rodadero, con muros de contención, rocas pulidas y un conjunto de bancos de piedra de exquisita talla conocido como el trono del Inca. En su día se alzaron tres torres frente a estos muros. Hoy solo quedan los cimientos, pero el más grande, con un diámetro de 22 m el Muyuc Marca, da una idea de cómo debieron ser. Con sus perfectos conductos de piedra, esta torre se usó quizá como depósito de agua dentro de las murallas sirvieron de refugios y almacenes de víveres para unos 5000 soldados. Los españoles y los posteriores habitantes de Cusco derribaron casi todas estas estructuras.

Entre las zigzagueantes murallas y la colina hay una gran plaza de armas donde se celebra el colorido espectáculo turístico de Inti Raymi todos los años el 24 de junio.

Ascender hasta aquí a pie desde la plaza de armas lleva un aproximado de 30 a 50 min, de modo que hay que asegurarse de que se está aclimatado antes de emprender la marcha. Si se llega al alba se tendrá prácticamente para uno solo, aunque no se recomienda visitar este lugar a solas a esa hora de día.


Como alternativa, óptese como circuito en taxi que incluya Q’enqo, Pukapukara y Tambomachay.